Capítulo 14
Tom
¿La resignación?
— ¿Como que te iras unos días con tu madre? ¿Estás
loco? ¿Que se supone que haga con papá en estos días?
—No se córtale el cabello quémale su casa o
simplemente siéntense en la mesa y conversen.
—Estás loco Tom si crees que aguantare a papá
el fin de semana yo sola
—Ambos somos sus hijos y nos toca la mitad del
tiempo de papá
— ¿Cómo te vas a ir si aún no te dan de alta
del todo?
—Mi madre cuidara de mí y quiero que tu cuides
de papá. Y te prometo que hare lo que tú quieras por un mes
—Está bien—Se sentó en el mueble y me observo
mientras caminaba impaciente en la sala. — ¿Y qué paso con tu amiga esa? ¿Cómo
se llama?—la mire confundido—La que vino el otro día.
— ¿Allison?
—Si ella.
—Pues se fue a algún lugar
Me senté a su lado. Había pasado ya los meces y
Allison vino a visitarme al segundo día que me trajeron a casa. Me dijo que
lamentaba mucho lo que había pasado y que se iba por algún tiempo. Aquello me había
puesto triste durante la primera semana y me había hundido en un mar de
tristeza aún más cuando las semanas pasaron y Adela no me visito más que una
vez y eso fue en el hospital y más triste aun fue que dejara de ir a la
oficina, ya tenía tiempo que no la veía. Aunque hasta ayer no tenía noticias de
ella. Pero justamente ayer llegaron las invitaciones para su boda. Se casaba el
primero de octubre y estábamos a 7 de septiembre. Faltaban tres semanas.
— ¿Esta listo joven Tom?—Paul me saco de mis
pensamientos.
—Si—Elizabeth me ayudo a levantarme del sofá y
me acompaño hasta la puerta.
—Te veo el lunes Tom
—Cuídate y no hagas travesuras—le dije y camine
hasta el automóvil.
Me senté en el asiento trasero y observe la
carretera moverse dejaba de las llantas del coche. Paul manejaba en dirección
al sur de la ciudad donde vivía mi madre en su departamento de soltera.
No podía dejar de pensar en que cada segundo
que pasaba se acercaba cada vez más la boda de Andy y Adela. Y vivirían
¿Felices? No entendía porque Adela se
casaba con él, si me amaba a mí.
Suspire frustrado y e intente borrar cada
pensamiento que me recordara a Adela o su próxima boda.
—Toni—Mi madre me recibió con un abrazo—Paul
gracias por traer a mi hijo.
—Sabe que estoy para servirle. El lunes regreso
por ti Tom
—Gracias Paul. Y vigila a la pequeña Elizabeth.
El asistió y se fue nuevamente de regreso a
casa.
— ¿Cómo estas mi amor? Veo que vas mejorando.
—Si mamá. Creo que voy mejorando.
Mi madre me había preparado un cena especial,
yo no sabía que ella cocinaba pero creo que era algo que dejo de hacer cuando
se casó con mi padre.
— ¿Que pasa Tomy? Te veo triste cariño.
—Lo estoy mamá
— ¿Porque?
—Porque Adela se va a casar con Andy
—Me lo imaginaba—Mi mamá suspiro—Yo siempre pensé
que ella seria para ti
—Yo igual mamá. No puedo soportar el hecho de
que ella se casara, mamá yo el amo. La amo de verdad. No sé qué hare cuando
ella se case siento que cada día me duele más
—Tomy—mi madre me miro de esa forma en la que
solo las madres lo hacen—Vas a estar bien corazón. Si tú la amas debes de ser
feliz con lo que la haga feliz. —Solo pude regalarle una débil sonrisa—Vamos
Tom, come un poco. Mañana iremos a comprar.
Necesitaba una corbata para una junta muy
elegante a la que asistiríamos mi padre, Adela y yo dentro de dos meces, pero a
mi madre le gustaba hacer las compras desde antes. Me sentía bien estando con
mi madre, había descubierto cosas que no sabía cómo que era una buena cocinera
que practicaba yoga y cosas realmente extraoninarias. Incluso que había
estudiado para ser enfermera pero mi abuelo, su padre nunca la dejo ejercerlo y
no había tenido la necesidad cuando se casó con mi padre.
—Creo que las corbatas de moño son más para
bodas—Mi madre le devolvió el moño y me examino—Probaremos con una azul coral
—Claro lo buscare de inmediato—la chica se fue
—Me siento un poco estúpido haciendo esto
—Ay vamos Tom es divertido
—Por supuesto que no faltan dos meces
—Es mejor tenerlo todo listo hijo
Mire a ver a todos lados mientras esperábamos a
la chica y me mire en el espejo. Justo detrás de mi había un punto rojo que no había
notado. De todas las boutiques mi madre me había traído justo a esta ¿Por
casualidad? Adela tenía el que al parecer seria su vestido de novia.
Probablemente se lo estaba arreglando o ajustando. Se veía hermosa dentro de
aquel vestido blanco, su cabello había vuelto a ser rojo. Sin pensarlo camine
hacia donde estaba ella.
—Adela
—Tom ¿Qué haces aquí?
—He yo vine con mi madre a comprar una corbata
—Ah—me miro y luego desvió su mirada hacia su tos
y Ariana. Ella hicieron cono que veían otra cosa— ¿Cómo has estado?
—Bien. Supongo—se me había formado un nudo en
la garganta el cual me tuve que tragar—Te ves preciosa
—Eh...yo—suspiro con aires de frustración—Gracias
Tom
— ¿Entonces ya falta muy poco para tu boda?
—Sí, tres semanas—me mostro tres dedos y clavo
su vista en el suelo
—Adela—miro a verme—Espero que te vaya bien.
— ¿Tu no iras?
—Mi papá y Elizabeth irán. Yo no creo poder.
Mi madre me hacía señas para que fuera hacia
donde estaba ella y las corbatas.
—Una corbata Azul coral se te veris bien Tom.
—Gracias, lo tomare en cuenta
Camine hacia mi madre y la observe mientras
hacia el nudo con la corbata no dijo nada de regreso a casa ni cuando estuvimos
cenando solo se la paso hablando de las vacaciones a las que quería que fuera
con ella. No le tomaba importancia solo asentía y trataba de concentrarme en lo
que decía. Pero no podía apartar a la imagen de Adela con ese vestido de novia.
Me dolía recordarla pero era demasiado masoquista para olvidarme un poco de
ella. Pero era aún más necio alimentando la esperanza de que ella aun me amaba.
—Tom—la voz de Elizabeth me tomo por sorpresa—papá
salió muy temprano y pensé que tu aun estabas en casa de tu mamá
—No llegue anoche ya era muy tarde
— ¿Cómo estás?
—Bien, supongo.
Últimamente oía esa pregunta cada cinco minutos
pero pienso que todos se referían a como se sentía emocionalmente. Yo mismo no podía
con mi vida. En el buro esta la invitación color lavanda que al principio tenía
una frase de esas que se acostumbraba poner en las invitaciones y en medios sus
nombres anunciando su compromiso.
El timbre me saco de aquel trance y Elizabeth
se apresuró a ir a abrir la puerta.
—Georg—Elizabeth se hizo a un lado para dejarlo
pasar—Tom está en la sala
—Hola Elizabeth
Mire a verlo y él se apresuró a sentarse en la
sala justo delante de mí.
— ¿Quieres algo de tomar?
—Solo un vaso de agua Elizabeth
— ¿Tom?
—Igual solo agua Elizabeth
Elizabeth se fue a la cocina y regreso con el
agua.
— ¿Cómo te has sentido Tom? Supe que hoy te dieron
de alta oficialmente
—Si ya, ya estoy mejor. Supongo.
—Tom—suspiro muy hondo—Tu madre me pidió que
viniera hablar contigo. Me dijo que has estado un poco triste.
—Son solo exageraciones de mi madre, estoy
bien. De hecho creo que jamás estuve tan feliz.
— ¿Entonces porque no has ido a la oficina?
—Prefiero trabajar desde la comodidad de mi
cama
—Tom te conozco eres mi amigo y se porque estas
así. Pero es malo que te deprimas. Y más por algo como eso. Ambos sabíamos que
tarde o temprano ella se iba a casar con Andy
—Pero ella me ama Georg. Me ama a mí. No
entiendo cómo es que si me ama se va corriendo a regalarse con Andy.
—Tom ¿Y cómo sabes que no siente algo por Andy?
Ellos han sido novios por un largo tiempo.
—Lo sé pero ella me ama a mí a él solo le tiene
un gran cariño
—Tom solo quiero que me prometas que no harás
una locura o trataras de impedir esa boda
Se me había pasado por la cabeza robarme a
Adela o algo por el estilo pero me di cuenta que aquello solo pasaba en las
novelas románticas y series de TV así que había decidido no hacer nada, me había
resignado a perderla.