Como antes
—Llegamos—El cielo estaba nublado y Adela aún
se veía impresionada.
—Gracias Tom, Elizabeth es adorable
Adela se apresuró a bajar del automóvil y
camino hacia donde estaba la entrada del edificio.
Y así fue como Elizabeth llego s vivir a mi
casa. Mi madre se notaba más tensa pero ella había dejado de asistir a las
cenas y ahora se la pasaba en su cuarto.
—Me hace muy feliz tener a mis dos hijos hoy—mi
padre lucia más feliz aquella noche.
—Ya le dije a Tom que viviré con ustedes,
mientras sea necesario.
—Vamos hija no arruines mi felicidad. Y Tom te agradezco
por traer s tu hermanita con nosotros.
—Si como sea—Elizabeth y yo nos miramos con desdén
y luego miramos a nuestro padre— ¿Asistirás a la reinauguración del auto cinema?
Es hoy.
—No aún tengo algunos pendientes
—De acuerdo iré solo.
Así que esa noche tarde un poco más en
arreglarme. No sé porque lo hacía pero lo sentí necesario. Había quedado de
verme con Georg y Gustav para ir. Luna no había querido ir por los problemas
con su jefe así que me resigne a no verla esa noche.
—Hola Tom—Bill venía acompañado de su novia
Ariana.
—Hola Bill ¿Y Adela?—Ariana miro a ver hacia
donde estaba la prensa entrevistando a Liz Legrando y a Adela.
— ¿Alguien sabe que película van a pasar?
—El cine abrirá para películas antiguas y de
cine mudo—Dijo Gustav comiendo palomitas—pero hoy es diario de una pasión.
—Oh vaya—no quería ver una película romántica
sin una chica a mi lado ¡joder!
Entonces la prensa se dispersó y Adela se dirigía
a donde estábamos. Lucía un vestido color lavanda con unas sandalias color
piel. Su cabello rojo estaba trenzado y algunos mechones sueltos. Estaba
completamente seguro que ella me hablaría pero antes de que ella llegara a
donde estaba, Andy se cruzó en el camino y el abrazo y el beso y yo morí de
celos. Se agarraron de la mano y saludaban a las personas que se topaban.
—Adela ¿Puedo hablar contigo?—miro a ver a Andy
—Solo será un momento.
Y el imbécil la beso solo para que yo muriera
de celos. Camine hacia donde estaba la dulcería y nos sentamos en una banca.
Ella estaba hermosa y su aroma era dulce, sus ojos verdes brillaban con la luz
de la luna.
— ¿Que pasa Tom?
Permanecí en silencio. Las palabras las tenía
en la garganta pero sentís que no salían estaba seguro que lo sentía y cada día
sentía que mi amor por ella crecía mas y más.
—Te amo
Le dije al fin y ella permaneció callada tal
vez buscaba las palabras que no salían. Estaba ahí sin decir nada. Yo estaba al
borde del colapso.
—Guarda esas lindas palabras para alguien más.
— ¡Joder! Para nadie, las estuve guardando para
ti ¿Que acaso no te das cuenta? Por eso te pedí que me ayudaras con Elizabeth
— ¿No crees que es un poco tarde?
—No porque aun lo siento
—Tom...yo...yo
Me miro confundida y sus ojos se cristalizaron
sus mejillas se tornaron rojas y se quedó sin habla por más de un minuto.
—Tom yo amo a Andy.
—No lo amas Adela.
—Me voy a casar con el
—Pero estas con el solo por mí.
—No es verdad Tom
—Sabes que es verdad, solo que te engañas y lo
engañas a él.
—Ya basta Tom
Adela busco algo en su bolsa y saco una pequeña
cajita forrada de terciopelo color azul.
—Esto es tuyo Tom
Y sin más que decir se fue hacia donde estaba
Andy. Lo abrazo y se dirigieron a su coche, yo en cambio abrí la cajita y era
el collar de mi abuela el que le regale cuando era mi novia. Sentía algo
quemarse en mi interior, mi amor por Adela seguía ahí intacto y ahora pertenecía
a otro. Al más grande imbécil. No tenía ganas de quedarme y ver como se besaban
o esas ridiculeces así que me disculpen y me fui de ahí.
Jodido, deprimido y emocionalmente vacío.
Así estaba y todos se daban cuenta, todos se daba
cuenta que yo amaba a Adela y que aunque ella lo ocultara bien yo sabía que me
amaba. Pero ahora ella se empeñaba en engañarse y engañar a Andy. Ella sabía
que yo debía de haber estado dentro de ese coche que debí de ser yo en lugar de
el en la oscuridad. No podía dejar de pensar en que le había dicho que la amaba
y que ella solamente se haya ido de ahí. Mi corazón estaba latiendo por ella.
Me sentía estúpido y lo peor era que no podía ir al pub, no podía ver a Luna
que era lo más cerca que podía estar en Adela.
¿Acaso mi jodida vida podía empeorar?
Llegue a casa un poco más relajado, solo me encerraría
en mi habitación y dejaría que mis padres siguieran peleando, que Elizabeth
siguiera odiándome que Tere siguiera ocupando el papel de mi madre. Que Adela
siguiera planeado su jodida vida perfecta con Andy. Eso era lo que iba a hacer a
partir de ahora, fingir que me valía una mierda lo que pasa a mí a rededor.
—Tom—Elizabeth me abrazo asustada cuando entre
a mi casa
— ¿Qué pasa?
—Son tus padres, se están peleando.
¡Joder! Que alguien venga y me mate, lo que me
falta.
Subí escaleras arriba para encontrarme con mi
madre y mi padre peleando en su habitación, mamá había preparado una maleta.
—Entiende que yo, ya no puedo estar más
contigo.
—No lo hagas por mí, hazlo por Tomy por nuestro
hijo.
—Thomas ya tiene veinticinco años ya está demasiado
grande para entender que entre tú y yo ya no ay nada.
Miraron a verme. Por supuesto que lo entendía
yo justo había pasado por algo similar. Mi madre se dirigió a mí y me abrazo
muy fuerte, después me beso.
—Tu eres lo más bonito que salió de mi
matrimonio con tu padre—Y me abrazo solo para susúrrame—Estaremos en contacto
mi amor.
Y así, sin más que decir mi madre abandono a la
familia perfecta. Ahora solo me queda mi padre y ¿Elizabeth?
Mi vida iba empeorando cada día un poco más.