Capítulo 8
Nuevo hogar
Había estado tratando de buscar una forma de converse
a Elizabeth que viniera a vivir a la casa, pero no sabía cómo Elizabeth era difícil
de tratar. Y tampoco había visto a Luna en esos días, no me sentía muy por eso.
Porque Adela tampoco me miraba.
—Hola
— ¿En qué puedo ayudarlo joven Tom?—la
secretaria de Adela no aparto su mirada del ordenador cuando me acerque.
—Quisiera ver a Adela.
— ¿Asunto?
—Es privado.
Me miro a ver y me examino de pies a cabeza. Debía
de estar demasiado loco para haber dicho aquello pero es que es algo privado y
no sabía que otra razón dar.
—La señorita no está, fue a comer con su
prometido.
— ¿Y a qué hora regresara?
—A la hora que tenga que regresar.
—Gracias
Regrese a mi oficina muriéndome de celos por
saber que ella estaba con ese imbécil. ¿Pero que podía hacer yo? Ella se iba a
casar y de seguro ya estaban en planes de boda. Como su vestido y las
invitaciones y que traje luciría ese imbécil llamado Andy.
—Tom, ahí afuera ay una chica que quiere verte.
Se llama luna.
—Dile que pase
Nicole me dejo solo y luego entro ella.
—Tom
—Alison—le di un abrazo—No te esperaba, te eh
estado llamando.
—Si es que eh estado un poco ocupada.
—Tom acabo de tener un encuentro un poco
bizarro con alguien y acabo de descubrir quién es Adela
La mire confundido, jamás le había hablado de
Adela.
— ¿Adela dijiste?
—Si—me miro y sonrió—ese nombre siempre dices
cuando tú y yo tenemos sexo.
Permanecí callado y la mire.
—Su novio pensó que yo era ella y luego Adela apareció.
Es hermosa ya veo porque te gusta Tom.
—Luna, eh yo...
—Vamos Tom no te preocupes.
Sentía mucha vergüenza pero no lo desmostare,
no podía creer que yo hubiera mencionado el nombre de Adela mientras estaba con
Luna.
—Es que me siento un poco estúpido.
—No te preocupes Tom—ella se sentó—Tom quería
hablar contigo.
— ¿Porque has desaparecido?
—Tom hace unos días intente dejar el pub,
normalmente a el jefe no le importa pero él piensa que yo soy la que da más
entradas al negocio y no me dejo. Después se enteró que hemos salido un par de
veces y que tú eres fotógrafo.
— ¿Y eso nos lleva a...?
—El piensa que me quiero ir por tu culpa y me
amenazo con lastimarte además que las seguridades tienen órdenes de no dejarte
pasar.
— ¿Crees que él sea capaz de ya sabes
lastimarme?
—Si Tom y quería pedirte que no me busque, yo
te llamare y te buscare tampoco vayas al pub. Por favor.
La observe ella parecía muy preocupada, solo asentí
y ella se fue de la oficina. Yo en cambio seguía pensando en que le habiz dicho
Adela y que era un completo estúpido y aquello solo mostraba mi necesidad por
tenerla de vuelta.
—Adela, Adela—ella detuvo el asesor para que yo
entrara—Gracias, quería hablar contigo Tom.
— ¿Qué pasa?
—Necesito de tu ayuda.
—Si esta en mis manos pues cuenta con eso.
—Es sobre Elizabeth.
— ¿Elizabeth?
—Si Elizabeth Kaulitz , mi media hermana
Por alguna razón sabía que Adela me podía
ayudar, ella había perdido a sus padres casi al mismo tiempo y ella debía saber
cómo se sentía Elizabeth, ella podía ayudarme de eso estaba segura.
— ¿Y quieres que yo hable con ella? ¿Cuando?
—Hoy mismo si se puede.
Adela me siguió hasta mi automóvil y sin decir
más nos subimos al vehículo.
—Elizabeth es una chica complicada, el otro día
me golpe la muy salvaje
—Yo aún no creo que tu padre tenga otra hija.
—Ni yo mi mamá esta que no puede con su vida
—Debió de ser un golpe muy fuerte
—Si como no te imaginas
Lo bueno de todo aquello era que la plática
surgía de forma natural, ahora me sentía mas como en aquel tiempo en el cual
Adela era mi novia y huíamos lejos de la ciudad, pero ahora el coche aparco
enfrente del edificio en donde vivía Elizabeth Jaulita.
—Buenas tardes—dijo al entrar al edificio dejé
que entrara primero al ascensor
Permanecimos en silencio y cuando llegamos al
departamento de Elizabeth ella nos observó un poco incomoda...
— ¿Qué quieres Tom?
—Te dije que volvería. Necesito hablar contigo.
¿Podemos pasar?
Examino a Adela y finalmente se hizo a un lado
para dejarnos pasar. La sala era pequeña y lo conformaban dos sofás y la mesita
de noche Adela y yo ocupamos uno de los sillones y Elizabeth el que estaba
enfrente del de nosotros. Nos ofició jugo de naranja y nos observó.
— ¿Este imbécil es tu novio?—Adela se rio y luego
me miro.
—Alguna vez lo fue.
—Yo pensé que sí, se ven bien como pareja
Sonreí y examine el rostro de Adela.
— ¿Y qué quieres? Jorge te envió de seguro.
—No, fui yo por voluntad propia.
—No me iré a tu casa Tom.
—Me gustaría hablar contigo—Miro a verme—Pero
en privado Elizabeth
Mi hermana igual me miro y suspiro antes de
ponerse de pie y caminar hacia una de las dos habitaciones. Adela la siguió y
cuando estuvieron adentro yo me acerque para poder escuchar la conversación a hurtadillas.
— ¿Porque no quieres vivir con Tom?
—Porque es un imbécil igual que su padre.
—Ese es un buen punto pero Elizabeth te has
puesto a pensar que en pocos años serás mayor y podrás vivir sola.
—Si lo he pensado pero que ay de la madre de
Tom
—Oh si claro ella no aceptara fácilmente. Pero Elizabeth
para eso está Tom y tu padre.
Regrese a la sala y la examine con mucho
cuidado estaba decorado con fotografías de ella y su madre y en una o dos salían
con mi padre. Luego descubrí un par de revistas antiguas en donde nos habían fotografiado
a toda la familia.
Me sobresalte cuando Adela y Eliza salieron
riendo como si fueran las mejores amigas.
—Pasa por mí el sábado. Viviré con ustedes
hasta que sea necesario.