Capítulo 17
Final
Como solíamos hacerlo
—Si algo ocurre mientras no esté, me llamas al
celular lo tendré encendido. Cuiden bien a Elizabeth
Después de dar las instrucciones por milésima vez
mi padre y yo nos dirigimos hacia donde estaba Adela. Faltaba una hora para
abordar el avión pero con las filas que teníamos que hacer apenas habíamos
llegado con tiempo exacto.
—Adela hija—le dio un abrazo y beso su mejilla—Pensé
que no vendrías, ya estaba buscando formas de arreglármelas sin ti.
—Sabe que ante todo está el profesionalismo
Adela y yo estábamos a cada lado de mi padre, la
observaba de reojo mientras mi papá hablaba.
—Negociaremos para que inviertan en nuestra
empresa, Daniel venia conmigo. Tu padre como nos hace falta pero tú eres muy
brillante querida así que no me preocupo por nada del mundo. Y quiero que ambos
me ayuden Tom te traje a ti porque tú eres de producción y quiero que les
muestres de lo que somos capaces y hacemos en la empresa y si todo sale bien en
diciembre iríamos a New York para tratar asuntos con algunos viejos socios.
Adela estaba un poco desconectada pero le había
memorizado cada palabra que había dicho mi padre. Quería hablar con ella de
cualquier cosa pero en el avión tampoco pude porque mi padre se sentó en medio
de ambos y no dejo de hablar de lo emocionante que era para el este negocio.
Y Adela se emocionaba cuando mi padre hablaba del
buen hombre que era su padre y de lo maravilloso que era para hacer negocios.
Ella esperaba ser igual a él, estaba orgullosa de su padre.
En la recepción de hotel mi padre estaba
registrando la entrada y cuando se acercó a nosotros nos entregó las llaves de
la habitación.
—Estaremos aquí tres días y dos noches los espero
a las 6:00pm sean puntuales
— ¿Te veremos en la recepción?
—Si
Mi habitación y la de Adela eran habitaciones
contiguas y las separaba una puerta. Mi padre nos había citado a las 6:00 pm aún
faltaban dos horas. Decidí hablarle a mi mamá solo porque me apetecía.
—Tomy
—Mamá ¿Cómo estás?
—Muy bien hijo he estado platicando con Simone—
mi mamá y la tía de Adela se habían vuelto amigas desde que éramos novios y
cuando terminamos aquello no afecto su amistad—Me conto lo de la boda de Adela.
—Mamá quiero recuperarla, pero no quiero
aprovecharme de la situación
—Me alegra escuchar eso hijo. Bueno creo que sería
prudente empezar a llevarte con Adela como cuando eran amigos
—Mamá es que Adela y yo llevamos otro tipo de relación
pasamos de odiaron a ser novios
—Entonces sera un poco difícil pero amor sé que tú
podrás
—Gracias mamá
—Te quiero mucho Tomy
—Te hablo mañana
Mi mamá corto la llamada y me quede más de quince
minutos pensando en cómo acercarme a Adela. Pensaba en ella, no podía quitarme
de la cabeza su rostro cuando estaba esperando a Andy. Jamás la había visto tan
ilusionada y me duele pensar que ni siquiera cuando éramos novios. Y luego las imágenes
de su rostro de decepción su mirada ya no era la misma su brillo se había
muerto. En una semana había cambiado mucho se había vuelto más dura tale su corazón
se había enfriado y ¿Tenia oportunidad? No lo sabía pero haría hasta lo
imposible para recuperarla. Yo si la amaba.
A las 6:00 pm ahí estaba Adela con mi padre, me
apresure a alcanzarlos.
—Ya llegaron por nosotros.
Caminamos hasta el automóvil que nos llevaría a
donde quiera que fuéramos. Los seguí de cerca.
—Tu corbata Tom
Adela me miro y sin decir más acomodo bien mi corta,
sonreí cuando ella lo hizo y llegamos a una empresa. Mi padre salió de primero después
Adela y por ultimo yo. Caminamos en dirección a la recepción.
—Buenas Tardes. Soy Jorg Kaulitz.
—Ah sí señor Kaulitz. El señor Conner ya lo
esperaba.
La recepcionista nos entregó los gafetes y
subimos por al ascensor al séptimo piso. Para reunirnos con los directivos de
aquella empresa.
Aunque no me concentraba del todo bien, Adela
estaba a mi lado y su aroma me encantaba la miraba de reojo y no podía dejar de
pensar en ella. Me estaba matando las ganas de besarla, pero esa seres una acción
imprudente estando acompañados por mi padre.
—Jorg—Un hombre de aspecto mayor saludo a mi
padre con mucha cordialidad— ¿cómo has estado?
—Muy bien ¿Estás listo para hacer negocios? Conner
—Por supuesto, ¿Y qué tal si pasamos a la sala de
juntas?
Caminamos hasta uno salón en el que había una
mesa y varias sillas.
—Te quiero presentar a la economista de la
empresa Adela Trumpar
— ¿La hija de Daniel?
—Si—contesto y trato de sonreír
—Que hermosa es
—Y muy inteligente. Y él es mi hijo Tom
Nos saludó a ambos y nos sentamos enfrente de la
mesa.
—Entonces escucho tus propuestas
—Adela hija habla con ellos
Adela le entrego un folder con las propuestas que
ella había preparado y comenzó a explicarle cada uno de los puntos. Yo me perdí
entre su voz y mis pensamientos, al grado que solo veía como movía sus labios
sin voz para mí. Solo observaba a mi padre que sonreía y presumía del gran
talento que tenia Adela.
— ¿Y qué te ha parecido la propuesta?
—Después de escuchar las propuestas y dado que la
señorita Adela es la mente detrás de esta gran propuesta. Te espero mañana para
firmar el contrato.
Se estrecharon la mano y Adela sonrió por primera
vez y luego me miro. Le quise sonreír pero por alguna razón no pude. Suspire y
nadie lo noto mi padre nos miró a ambos y junto con el señor Conner salimos de
la sala de juntas.
Y nuevamente el automóvil avanzo por las oscuras e
iluminadas calles hasta llegar al hotel. Mi padre derrochaba felicidad y Adela
estuvo tan callada que pensé que se había quedado dormida.
—Iré un rato al bar de hotel
—Yo iré a mi habitación
Me quede mirando como Adela y mi papá se iban en
direcciones opuestas y tenía ganas de tomar algo pero igual quería ir con
Adela. Así que esa fue mi decisión.
Cuando llegue a la habitación la puerta del
cuarto de Adela estaba cerrada. Pegue mi cabeza a la puerta y así estuve por
mucho tiempo. Aun no tenía la excusa perfecta para entrar a su habitación. Así
que sin un plan decidí que era mejor darme una ducha y pedir servicio a la habitación.
Me apetecía una hamburguesa y pensar. Últimamente pensaba mucho y era solo
porque no buscaba una forma de hablar a Adela. Mi subconsciente me obligo a
salir de mis pensamientos cuando el servicio al cuarto llego. Pero en lugar de
cena para uno, era cena para dos.
—Gracias—le di la propina y camine hasta la habitación
de Adela, toque varias veces con los nudillos hasta que ella me abrió la puerta
—Qué bueno que ya haya llegado
—Me preguntaba si puedo acompañarte—me miro un
par de segundo y asintió
—Pasa—Se hizo a un lado y entre a su habitación. Tenía
la la-top en la cama, al parecer trabajaba en algo y tenía el pijama ya puesta
—Estuviste brillante ahí Adela
—Gracias Tom
—De nada—le puso los aderezos a la hamburguesa y sonrió
— ¿Cómo te has sentido?
—Creo que bien
—Es bueno saberlo
Aquella plática resultaba un poco estúpida e incómoda.
Nos quedamos en silencio por varios minutos que parecieron eternos. Pero de
alguna forma aquel silencio me tranquilizaba y hacia que nos conectáramos.
—Esta hermosa esta noche
—Gracias Tom
Y hubo otro frio y largo silencio.
—Ahora dirás que me amas y todas esas estupideces
¿No?
—Lo iba a hacer pero tú ya lo sabes, no creo que
valga la pena mencionarlo si tú no te sientes agosto
—No, eso no me hace sentir agosto porque es una
mentira
— ¿Alguna vez hablaremos de lo que paso entre
nosotros?
— ¿Tendría algo de bueno recordarlo?
—Más de lo que tú piensas
Comenzó a caminar y aquello hizo que me
desesperara, se quedó mirando por la ventana. Yo me acerque a ella y la abrase,
ahora sentís más de cerca el calor de su piel y el aroma de su cabello.
—Te amo—gire su cuerpo para que me mirara—Adela
yo te perdone lo del engaño de Daniel desde que lo supe, pero nunca me pude
perdonar que te lastimara como lo hizo. —acaricie la cicatriz que tenía en su
ceja y que aún se veía un poco entre su ceja—Sé que ambos nos lastimamos pero
estoy completamente seguro de que no soy la persona que más daño te ha hecho.
—Tom—su voz pareció quebrarse ahogo su llanto. Me
miraba con los ojos vidriosos
—Te amo, entiende que toda la vida te amare—me
abrazo y acurruco su rostro en mi pecho. Sollozaba y me sentí mal
Camine con ella hasta el sofá y espere a que se
tranquilizara. Solo la observe en silencio hasta que ella sonrió débil mente.
—Lo siento Tom es solo que ya no sé qué pasa
conmigo. Estoy muy confundida
—Lo sé y te entiendo
—No sé qué voy a hacer
— ¿Que estás diciendo? Pues ser tú. Adela antes
no necesitabas de nadie para ser feliz, cuando llegaste a la escuela eras otra
persona. Todos o al menos la mayoría sabían tu historia y no dejabas que nadie
sintiera lastima por tu historia porque eras fuerte, y feliz. —la mire ahora un
poco molesto—Adela ¿Que ha pasado con la niña feliz eh impenetrable que conocí?
—No sé, ni yo misma me reconozco—Suspiro
frustrada—Antes Andy me hacía sentir invencible
—O vamos Adela Eso es algo estúpido ¿Quién te hará
sentir como que eres invencible? ¿Enserio? O vamos ¿Eso es malo o peor? Adela
yo te amo y soy tuyo ¿No te das cuentas?
Permaneció callada observándome.
—Adela no seas tonta eres invencible sola porque
siempre lo has sido cariño
Me acerque a ella para besarla. Ella correspondió
a mi beso y suspiro cuando la abrase. Nuevamente la tenía entre mis brazos
sintiendo su calor y su suavidad.
Se sentó y se acomodó bien
—Lo siento Tom
—No, no importa—No quería quedar nuevamente en
silencio y no sabía cómo romper el hielo ¿Pero es inútil todo se había
congelado?—Sera mejor que me vaya—Me puse de pie
—No—Se apresuró decir—Quédate—mire a verla y ella
igual se puso de pie—Quédate esta noche conmigo
Adela me abrazo otra vez y permanecimos por mucho
tiempo así hasta que nuestras miradas se cruzaron. Su mirada nuevamente volvía
a ser tierna y tenía ese hermoso brillo que tanto me gustaba.
Acaricio mi rostro y me beso otra vez, rodee su
cintura con mis manos, nos separamos y le sonreí otra vez la bese y ella se par
de puntitas como solía hacerlo antes. Su lengua jugueteo con la mía y comenzó a
besar mi cuello y aquello pareció encender cada parta de mí. La gire sobre su
cuerpo para acostarla en la cama.
Y ahí estaban sus tiernos ojos verdes, no como solía
imaginarlos en todas las chicas que me acosté. Tampoco como solían aparecer en
mis sueño o como los cambiaba en los de luna. No ahora eran los ojos verdes de
Adela los que me miraban, era su piel la que acariciaba, sus labios los que
besaba. Era su calor, su cuerpo desnudo el que tenis entre mis brazos. No era
nadie más que ella y solo ella Adela, el amor de mi adolescencia, de mí ahora.
Era el amor de mi vida. No existía nadie más en aquella burbuja solo éramos
ella y yo viviendo en un mundo paralelo, como siempre fue, como solíamos
hacerlo.
Y ahora no estaba dispuesto a dejar mi princesa
sola, como lo había echo muchas veces. No por supuesto que no sería tan imbécil
para volver a cometer el mismo error. Ahora me quedaría con ella hasta que ella
lo quisiera. Porque la amaba y no estaba dispuesto a perderla otra vez. No otra
vez.
[~]
Adela quiso irse aquella mañana de Berlín y mi
padre no se opuso a que ambos nos lo dejáramos de todos modos el trabajo estaba
hecho. Y yo solo quería estar con Adela todo lo que fuera posible.
—Ya está haciendo frio ¿No crees?
—Eso parece
El invierno se acercaba a pasos agigantados a Alemania
que ya las suaves brisas otoñales se veían opacadas por los ventarrones
invernales. Y aquel era un pretexto bueno para abrazarla.
De regreso a Leipzig Adela apoyo su cabeza en mi
hombro y nuestras manos estuvieron
entrelazadas dándose calor entre ellas. Yo de vez en cuando la miraba con
disimulo y sonreía para mis adentros. Y cuando llegamos al aeropuerto la lleve
a su casa con la esperanza de que me invitara a pasar pero no lo hizo. Solo nos
dimos un largo beso que me hubiera gustado que durara toda la vida.
— ¿Y papá?
—Regresa mañana en la tarde
— ¿Porque tu regresaste antes?
—Ya no había más que hacer
—Te vez diferente Tom
— ¿Que tengo de diferente? Elizabeth
—No sé. Es solo que este diferente pero no sé qué
es
—Oh ¿pero diferente para bien o diferente para
mal?
—Solo diferente
—Diferente es genial. Elizabeth me iré a dormir.
Y el sueño fue reconfortante Adela era mía. O a
menos estaba seguro que lo era. Así que dormí plácidamente pensando en eso en
la vida que haríamos Adela y yo. Pero mis sueños fueron frustrados al día
siguiente al llegar a la oficina y encontrarme con la oficina de Adela vacía.
En ese momento sentí que estaba viviendo una pesadilla. Adela no se podía ir y
menos sin mí. Nuevamente la había perdido.
Notas:
Hola chicas, espero que estén bien. Si sé que tal
vez les tomara por sorpresa el capítulo final, a mí igual me tomo por sorpresa
pero si les soy sincera ni yo misma sabía cuántos capítulos iba a tener y como
ya no se me ocurre otro argumento prefiero darlo por finalizado. Aunque aún
queda el epilogo. Y estaba teniendo otras ideas para hacer algunos capítulos que
por diferentes motivos no se pueden incluir en esta parte de la historia, tal
vez haga una tercera temporada. Así que bueno ¿qué les parecería una tercera
temporada? Creo que por el momento es todo lo que tengo que decir. Nos vemos
chicas ♥