martes, 3 de septiembre de 2013

Capítulo Uno


Capítulo uno: nueva en la ciudad, nueva en la escuela.


“Adela tu padre está muerto, se quitó la vida en el trascurso del día”

La muerte de mi padre era algo que yo ya había previsto, después de dos meces de sufrir por la muerte de mamá, él nunca pudo recuperarse. Mamá perdió la vida por culpa del cáncer, papá se dio un tiro en la cabeza, y me había dejado sola. Mi tío Gordon había llegado hacía apenas unas horas. Como era menor de edad y no podía disponer de los bienes que mi padre me dejo, lo más probable era que mi tío se iba a hacer cargo de mi hasta que cumpliera los dieciocho.

Mi nombre es Adela Betzabe Trümper Dercher tengo catorce años y como acabo de contarles mis padres están muertos. Ahora mismo me encontraba con galletas que es mi perro de raza pastor alemán, sentada abrazando mis rodillas tratando de llorar sin éxito alguno. Galletas me daba lengüetazos en la mejilla y lloraba, sabía que estaba triste y era algo que a él no le gustaba.  También se acurrucaba conmigo, esperábamos a que mi tío saliera de hablar con la trabajadora social, estaban decidiendo mi destino. No sabía cuánto tiempo había pasado desde que me llevaron ahí, mi padre había sido enterrando esa misma mañana junto a mi madre, después me habían llevado a una casa hogar, y había dormido ahí los últimos dos días.
Escuche unos pasos antes de ver los pies de mi tío. Él se agacho para quedar frente a mí.
— ¿Lista para irnos? Tu tía Simone te espera con ansias. —Mi cabeza procesaba con lentitud sus palabras—Además tú y Bill serán buenos amigos, iras a la escuela con él y te divertirás. —Me ofreció su mano yo él tome y me ayudo a ponerme de pie.
Me mudaría a su casa, estaba casado con Simone y tenían un hijo Bill, había hablado con él por correo pero no lo conocía del todo bien, solo sabía que era una gran persona, no me preocupaba dejar mi vida en Berlín, porque no tenía muchas amigas y amigos. Lo que me preocupaba es que sería la chica nueva en la escuela en la colonia  y en la ciudad, era muy tímida por lo que me costaría hacer amigos. En la escuela aún más.
—Llegamos. —Anuncio mi tío cuando se estaciono enfrente de su casa, la puerta se abrió y apareció mi tía, una mujer hermosa y con mucho porte. Abrí la puerta y tome la correa de galletas, ambos salimos del automóvil y caminamos hasta la entrada mi tío bajaba mis maletas—Dile a Bill que me ayude. —Mi tía hablo a Bill y apareció un chico delgado alto y muy lindo. En tanto ella se acercó a mí y me dio un abrazo.
—Qué bueno que ya llegaste, te prepare una habitación. Y quiero que me hagas saber si necesitas algo.
—Gracias. —Le dije y entramos a la casa. Me mostró mi habitación y me ayudo a desempacar. Me sentía rara, sin duda alguna un poco incomoda.
—El lunes empezaras a asistir a la escuela, yo me encargue de hablar con la directora, como tienes excelentes calificaciones te aceptaron y creo que iras en el salón de Bill.
—Hijo quiero que cuides mucho a tu prima, que le hables de la escuela y de todo.
—No te preocupes papá, Adela y yo nos llevaremos bien. —Me dedico una sonrisa que yo le devolví complacida. Mi tío lo examino bien
— ¿Qué te ocurrió en la cara? ¿Fue Tom?
—Eh…—Lo mire y note que cerca del mentón tenía un moretón.
—Ya te dije que si ese chico te sigue molestando, golpéalo para que vea que contigo no puede jugar.
—Papá yo no apoyo a la violencia.
—Pero ese niño te está haciendo recurrir a la violencia.
—De acuerdo le pondré un alto.
Lo malo de ser la nueva era que las clases ya estaba muy avanzadas. Tampoco me importaba eso, siempre había tenido un alma nerd por lo que materias como química, física, matemáticas y todas esas materias molestas eran divertidas y las más fáciles para mí. Como mi tío dijo Bill comenzó a hacerme plática, era un chico amable y muy atento por lo que no me costó contestar sus preguntas.
—Dime que es lo que tengo que saber de la escuela.
—La escuela en donde voy es como todas lo más importante es la supervivencia, el más fuerte manda.
—Y supongo que en la escuela el más fuerte es ese chico Tom, el que te hizo eso. —Toque con cuidado el moretón, él se quejó—Perdón.
—No importa. Y si Tom Kaulitz es el más fuerte en la escuela.
—Pero no entiendo porque no lo golpeas igual, alguien le debe de dar su merecido a ese chico.
—Nadie se atreve.
—Algún día alguien lo ara.
—Pero no seré yo.
—Como sea, ¿Qué más debo de saber?
—Existe el grupito de las famosas populares, son chicas estéticamente arregladas, presumen de todo y siempre tienen a un chico a su lado, el de los nerd, los deportistas y más.
— ¿Tu en cual estas?
—En el de los nerds inapta dos como suelen llamarnos.
Me imaginaba que tipo de escuela seria, probablemente yo igual pasaría a formar parte del de los nerds. No me importaba. Solo quería tratar de olvidar lo que paso en casa, quería llorar por la muerte de mi padre y de mi madre, porque no había podido hacerlo, quería que todo ese sufrimiento saliera, pero no podía solo se acumulaba dentro de mi alma.
*
El lunes me levante muy temprano, después de bañarme me vestí con el nuevo uniforme que estaba compuesto por una falda de tablones color azul marino, en conjunto con una blusa de manga larga y un chaleco que lo remataba con una corbata, zapatos negros y calcetas blancas. Nunca pensé verme así de ridícula pero, ahora  mismo me veía así, ridícula. Mi tía cepillaba mi larga y roja cabellera.
—Baja a desayunar. Tu tío los llevara  a la escuela. —Tome la mochila que estaba en la cama y después de darle un beso a galletas baje. Desayune un poco de fruta con yogurt. No me gustaba comer muy pesado en las mañanas.  Bill me miro y volvió a sonreír.
— ¿Ya están listos?—Bill llevo la mochila a sus hombros y yo lo imite. Era el primer día para mí y me sentía un poco nerviosa, por lo que me había contado Bill. Aunque probablemente estando ahí ya no lo sintiera. — ¿Estas lista?—Asentí y camine con mi tío hasta la dirección. Bill se fue directo a su salón de clases.
— ¿Ella es Adela?
—Sí, ella es Adela, y creo que está más que lista para su primer día de clases. —Una señora de edad avanzada me sonrió y me entrego una hoja.
—Espero que te valla bien, las clases están avanzadas pero por tu historial académico de tu otra escuela, veo que será fácil para ti. Te llevare a tu salón.
—Adela…espero que te valla bien, cualquier cosa Bill está ahí. No dudes en preguntarle.
—No te preocupes tío, estaré bien. —Sonreí para tranquilizarlo se inclinó y me dio un beso en la frente.
Camine junto con la mujer por el largo pasillo, en los cuales ya no había nadie probablemente todos estarían tomando sus clases. Se detuvo frente a una puerta y la toco un par de veces, hasta que una mujer alta y de tez morena apareció.
— ¿Ella es la nueva?
—Te la encargo. —La mujer se dio la vuelta y la otra me miro.
— ¿Tú eres Adela? —Reviso la lista—La prima de Bill. —Asentí—Pasa para que tomes la clase. Cuando entre todo el salón quedo en silencio, reconocí a Bill que estaba sentado en la primera silla de la primera fila, alado de otro chico. —Quiero que me presten atención, antes de empezar la clase, hoy una nueva chica se incorpora, quiero que te presentes diles tu nombre a tus compañeros.
—Buenos días. Mi nombre es Adela Betzabe pero pueden decirme Adela o Betza. Como mejor se les acomode. Tengo catorce años y soy de Berlín.
—Espero que la traten bien. Y Adela tú te sentaras…—La maestra examino el salón y apunto hacia la última fila, en el último pupitre se encontraba un chico—Te sentaras a lado de Kaulitz—Cuando cruce para llegar hasta el lugar, sentí muchos ojos clavados en mí. Pero no le di importancia porque si lo hacía solo lograría ponerme nerviosa. El chico se pasó en la silla que daba a la ventana y yo me senté en la silla del pasillo.
Me dedique a ponerle atención a la clase de geometría. Era algo fácil calcular ángulos y todo eso, en la otra escuela iba más avanzado y para mí era pan comido, nadie había acabado solo yo.
— ¿Alguien ya termino?—La maestro pregunto y yo alce la mano—Muy bien Adela pasa al pizarrón y explícales a tus compañeros. —Camine hasta llegar al pizarrón y escuche muchos murmullos a mis espaldas pero no les tome importancia. Y resolví los ejercicios. —Muy bien pasa a tu lugar
Las siguientes clases trascurrieron normal, sin nada que mencionar. Cuando el descanso llego, camine con Bill hasta la cafetería.
—Él es Gustav. —El chico sonrió y tendió su mano para estrecharla
—Mucho gusto. Adela—Era el con el que Bill estaba sentado en la clase. Nos sentamos en una mesa levante la vista de la bandeja de comida y note como entraba el chico con el que estaba sentada. Otros dos chicos lo acompañaban, uno muy rubio y delgado y el otro tenía el cabello castaño hasta sus hombros y de los tres era el que mejor condición física tenia. Todos parecieron notar su presencia muchos se escondieron detrás de sus libretas y otros no.
Era de ese tipo de tío que se creía el soñado, el que sentía que la tierra que pisaba no lo merecía y el típico sequito de seguidores. Bill se levantó y tomo su bandeja.
—Mejor nos vamos a otro lado. —Imite a ambos y nos interceptaron antes de que pudiéramos avanzar.
—Trümper…durante toda la clase eh estado pensado en dejarte de molestar, pero claro solo si me presentas a tu prima, ya me entere que esa pelirroja sexi es tu prima. —El idiota hablaba como si yo no estuviera. —Nena si supieras lo perdedor que es tu primo, tal vez te gustaría empezar a andar con nosotros. Soy Tom, él es Andy y el Georg—Señalo con la vista a cada uno.
—No me interesa en lo más mínimo. Ahora si nos disculpas, nos vamos. —Tom me miro un poco confundido.
—Creo que escuche mal.
—No escuchaste perfectamente bien. —Simplemente lo ignore y cuando iba a pasar el empujo la bandeja de mi comida haciendo que esta se me cayera en mi uniforme. Todos los que lo presenciaron comenzaron a reír, y sentía que todas las lágrimas que no habían salido aún se me acumulaban en mis ojos. Pero también sentí coraje. Tanto que solo sentí como se cerraba mi puño, y cuando menos me lo espere, este ya estaba en la cara de Tom, emplee tanta fuerza, por el coraje que el cayó al piso. Todos se callaron y me miraron.

No sabía qué hacer, mi mente aun no reaccionaba. Quería moverme y salir huyendo de ahí. Pero mis piernas se habían dormido.

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